«UNA HISTORIA PARA EL ALMA».
ESA NOCHE HICIERON ALFAJORES PORQUE NO TENÍAN NADA PARA DARLE DE COMER A SUS HIJOS.
ESOS PRIMEROS BOCADOS DE CENA FUERON HECHOS POR NECESIDAD SIN SABER QUE ERA EL INICIO DE UN ÉXITO FAMILIAR.
Virginia y Carlos, se había quedado sin trabajo, se gastaron los pocos ahorros que tenían pese a que los iban administrando y guardando con mucha responsabilidad; pero un día ya no quedaba nada en la casa, solo un poco de harina y dulce de leche.
La cena de esa noche fue alfajores caseros, elaborados sin la menor presicionde los ingredientes; lo que querían era que la “panza” de sus hijos se fuera a la cama con algo adentro.
Esta familia radicada en Isidoro Noblía en Cerro Largo, logró por necesidad, y a partir de esa experiencia, comenzar a elaborar alfajores absolutamente caseros y artesanales y venderlos a conocidos y amigos en una primera instancia. Con el correr de las semanas fueron aumentando la venta y por ende la producción. En la actualidad venden más de 2000 alfajores por semana y han llegado a Melo, y pueblos y ciudades por ruta 7 y 8; y no dan abasto. No saben cómo hacer para aumentar la producción, pero tienen la esperanza que con «esfuerzo y declinando horas de sueño, logren dar mano de obra y generar que su emprendimiento pueda seguir adelante y crecer.
Viven en Cerro Largo, aunque son oriundos de Zapicán, Lavalleja el y ella se divide entre Artigas y Montevideo; tienen tres hijos y ellos son los «Funcionarios», que los ayudan.
Hoy La Red fue a Noblía, la casa de familia es el lugar donde trabajan para sacar adelante el producto. ALFAJORES MERAKI «Un Bocado para el Alma».